Pater Noster …
En su benemérita acción evangélica, la Iglesia Católica Apostólica Romana (haciendo honor a su nombre) anuncia el retorno de las misas en Latín para el año 2007. Saldando dolorosa heridas con los hermanos seguidores del Cardenal Lefevre, está dando una lección de identidad institucional volviendo a la tradicional eucaristía tridentina. De tal modo se evitará hablarle a esas mujeres impúdicas que ingresan al templo asomando las demoníacas lunas de los pezones o marcando el relieve de los glúteos, a niños maleducados que deberían estar medicados contra el ADD, a hediondos trabajadores que no usan desodorante, etc., etc. Además contando con la gracia de un Papa teólogo, se resolverá con mejores argumentos que los de la lógica laica la paradoja de Ruseell. Tomando la versión divina que nos interesa, su enunciado puede formularse así: la Iglesia como el conjunto de los creyentes que no se contiene a sí mismo. La primera sugerencia concretita, concretita ante esta encrucijada, sería la siguiente: abrir academias de latín en los barrios. De esa manera tendríamos feligreses capacitados y no legos que un día están con los protestantes y otro día con el rito Umbanda.
El ejemplo brindado por los dignatarios de la doblemente milenaria institución, está guiado por los signos de los tiempos, como ilustraremos a continuación: tomemos el caso de los hinchas de fútbol que ya no tienen que exponerse a la violencia de barras bravas, y pueden ver los partidos mientras se reflejan a si mismos en las tomas que hace Fox Sport de las tribunas, en forma simultanea a la capacitación que reciben con las clases magistrales del Dr. Bilardo y el Bambino Veira. Estos últimos son verdaderos equivalentes de nuestros sacerdotes hablando en latín, evitando la sórdida participación de concurrentes en prácticas sospechadas de heréticas (solo Satanás puede estar detrás de la sustitución del armonio por una vulgar guitarra). En la misma línea: para qué tolerar en los jardines maternales a criaturas que no toman distancia cuando entran al aula, o a niños autistas en escuelas que no les enseñan a hacer la vertical; para qué aceptar médicos que recetan fármacos homeopáticos ¡¡qué hasta pueden llegar a curar!!
Lo importante es que el conjunto de los creyentes que no se contiene a si mismo reciba la bendición urbi et orbe.
Para terminar, ¿como se dice “se acabo la yerba en latín”?: Ultimátum
El ejemplo brindado por los dignatarios de la doblemente milenaria institución, está guiado por los signos de los tiempos, como ilustraremos a continuación: tomemos el caso de los hinchas de fútbol que ya no tienen que exponerse a la violencia de barras bravas, y pueden ver los partidos mientras se reflejan a si mismos en las tomas que hace Fox Sport de las tribunas, en forma simultanea a la capacitación que reciben con las clases magistrales del Dr. Bilardo y el Bambino Veira. Estos últimos son verdaderos equivalentes de nuestros sacerdotes hablando en latín, evitando la sórdida participación de concurrentes en prácticas sospechadas de heréticas (solo Satanás puede estar detrás de la sustitución del armonio por una vulgar guitarra). En la misma línea: para qué tolerar en los jardines maternales a criaturas que no toman distancia cuando entran al aula, o a niños autistas en escuelas que no les enseñan a hacer la vertical; para qué aceptar médicos que recetan fármacos homeopáticos ¡¡qué hasta pueden llegar a curar!!
Lo importante es que el conjunto de los creyentes que no se contiene a si mismo reciba la bendición urbi et orbe.
Para terminar, ¿como se dice “se acabo la yerba en latín”?: Ultimátum